Ranking de las empresas más innovadoras de Colombia en 2018
Corea del Sur y Suecia son hoy los países más innovadores del mundo, según un escalafón realizado por Bloomberg, firma que compila un índice basado en fuentes como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Ocde. El país asiático y el europeo son líderes en este campo, gracias a que sus empresas son las que más registraron patentes en 2017.
En Corea el primer lugar es resultado del esfuerzo de una de sus multinacionales insignias: Samsung. Desde el comienzo del actual milenio, esta gigante de la electrónica es la segunda empresa que ha recibido más patentes en Estados Unidos (solo es superada por IBM), al tiempo que sus semiconductores, teléfonos inteligentes y equipos digitales han generado un ecosistema de proveedores y socios coreanos similar a lo que Japón desarrolló en torno a Sony y a Toyota.
Suecia, por su parte, se ratifica en el segundo lugar global gracias a que es el hogar de las compañías de tecnología más grandes de Europa, y Estocolmo, su capital, está en el segundo lugar después de Silicon Valley por la cantidad de empresas “unicornios” que produce, que son aquellas compañías de base tecnológica avaluadas en miles de millones de dólares. Una de ellas es el servicio de música en streaming Spotify, que se inscribió en bolsa este año con una valoración de US$26.600 millones.
Una de las novedades del ranking de innovación de Bloomberg de 2018 es que por primera vez en seis años Estados Unidos no estuvo en el Top 10 (Colombia no es medida, pues solo analiza 50 economías) y la culpa estuvo en una desmejora de la educación universitaria del país del Norte, en particular en lo que se refiere a una menor porción de graduados en ciencias e ingeniería en la fuerza de trabajo.
Pese a esto, el país del Tío Sam se mantiene como el número uno en lo que respecta a su densidad de empresas tecnológicas y es segundo, después de Corea, en cuanto a la cantidad de patentes.
Otro ranking publicado este año es el Global Innovation Index (GII), el cual proporciona métricas detalladas sobre el rendimiento de innovación de 126 países que representan 90,8% de la población mundial y 96,3% del PIB del planeta. Con 80 indicadores exploran una visión amplia de la innovación, incluido el entorno político, la educación, la infraestructura y la sofisticación empresarial.
En el GII 2018, que fue realizado por la Escuela de Negocios de la Universidad de Cornell, la escuela de negocios francesa Insead y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, el top 5 lo conforman Suiza, Holanda, Suecia, el Reino Unido y Singapur, que obtuvieron un puntaje por encima de 60 en una escala de 1 a 100. Colombia ocupa la posición 63, con calificación de apenas 33,78.
Recuperación post-crisis
Aunque en esta medición al país lo superan Chile, Costa Rica, México y Uruguay, es una de las 20 economías que han superado su rendimiento en innovación en relación con su nivel de desarrollo y parte de ese logro se atribuye al hecho de que, tras la pasada crisis financiera global, que impactó la inversión en innovación de muchas empresas, incluidas las colombianas, estas fueron de las primeras en recuperarse con fuerza. Un índice de dicha inversión, que tiene base 100 en los años de la crisis (2008-2009), Colombia subió al puesto 132 entre 2010 a 2013, al 201 en 2014 y bajó a 189 en 2016, esta vez por causa en la caída de los precios del petróleo, fenómeno que golpeó duramente la economía colombiana.
Los investigadores del GII consideran que en lo que más ha mejorado el país es en la sofisticación de sus mercados y de sus empresas.
Así mismo, al evaluar el estado de la innovación colombiana este estudio indica que, pese a lo que se considera internamente, uno de los aspectos en los que mejor está el país es en la facilidad para acceder a crédito (tal vez porque solo se analizan empresas ya bancarizadas), así como en la proporción de empresas que brindan capacitación formal a sus empleados.
Paralelamente, se destaca la producción limpia de muchas compañías nacionales, al igual que la cantidad creciente de firmas certificadas con ISO 14001, que es la norma que se refiere a temas medioambientales.
Por el contrario, la principal desventaja del país para desarrollar su innovación está en su inestabilidad política y su situación de orden público, así como en un bajo nivel de joint ventures o alianzas estratégicas entre empresas para aprovechar sus capacidades y obtener una mayor fortaleza en términos de competitividad nacional. Igualmente, al país le resta el nivel de sus aranceles, con todo y que han venido bajando como resultado de los diversos tratados de libre comercio.
El Consejo Privado de Competitividad, en su Informe Nacional 2017-2018, recomienda a las empresas nacionales acometer esfuerzos más decididos para incrementar su productividad, valiéndose de la adopción de mejores prácticas y tecnologías, la investigación y la innovación, la capacitación de su mano de obra y la internacionalización.
La entidad coincide en que ha habido avances en términos de inversiones en Actividades de Ciencia Tecnología e Innovación (Acti) –se duplicaron en los últimos 10 años–, pero los califica aún como mediocres, pues siguen siendo bajos en comparación con los demás países de la región y todavía lejos de alcanzar la meta de llegar a 1% del PIB en 2018.
Juan Camilo Quintero, gerente nacional de Innovación y Emprendimiento de la Andi, anota que “las empresas reconocidas como las más innovadoras del país se mueven en ambientes altamente competitivos, y para ellas la innovación no es un golpe de suerte sino el resultado de la madurez de sus sistemas de innovación, que empiezan a generar resultados cada vez más importantes, tales como productos más sofisticados lanzados para mercados globales, o como intraemprendimientos y spin offs que apalancan las estrategias de innovación y crecimiento de sus compañías”. Adicionalmente, asegura que “las empresas más innovadoras están tomando una ventaja muy grande a las que apenas están empezando y es importante que todas las instituciones, desde el Gobierno hasta los gremios, empecemos a apoyar y a crear iniciativas para cerrar esta brecha que se empieza a generar, ya que si las empresas no despiertan y no empiezan a entender las nuevas lógicas corren el riesgo de desaparecer, así que es ahora o nunca”.
Segunda medición
En medio de todas las mediciones macro de la innovación en el país, desde el año pasado la Andi y la Revista Dinero se unieron para hacer una medición micro y mirar lo que están haciendo las empresas.
En esta segunda versión del ranking de las compañías más innovadoras del país, 329 firmas respondieron voluntariamente una encuesta que combina preguntas cuantitativas y cualitativas, las cuales sirven para construir un índice que clasifica a las empresas en una escala de 1 a 100 según su estado de innovación.
El número de empresas participantes en la encuesta aumentó en 50%, al tiempo que se registró un incremento de las regiones del país representadas, pues respondieron firmas de 15 departamentos.
Si bien esta no es una muestra representativa de todo el aparato productivo del país, sí tiene un universo de compañías destacadas en términos de facturación y de su tamaño en los sectores económicos a los que pertenecen.
La encuesta consulta a las compañías por su estado de innovación en tres componentes: las condiciones necesarias para que la innovación se adopte como cultura organizacional; las capacidades para que suceda de manera recurrente y sistemática al interior de la empresa, y los resultados en términos de producción de conocimiento y ventas como consecuencia de los dos iniciales.
En esta segunda versión del ranking se cambió la ponderación que se les da a los tres componentes. Las condiciones pasaron de pesar 30% en el resultado final a 10%, las capacidades de 30% a 40% y los resultados de 40% a 50%.
Este ejercicio de evaluación no solo busca evidenciar quiénes los están haciendo mejor en materia de innovación en Colombia, sino también inspirar a otras empresas a seguir este camino en pro de la competitividad nacional. Las cinco más innovadoras de 2018 son en su orden: Cementos Argos, Grupo Familia, Ecopetrol, Sofasa y Penagos Hermanos.
Igualmente, se destacan aquellas compañías que según sus colegas son las más innovadoras, es decir, las que tienen la mejor percepción de innovación. Aquí se incluyen incluso firmas que no contestaron la encuesta y la que cuenta con mejor imagen es Nutresa.
Los rankings de innovación no solo sirven para evaluar al país y a sus empresas, también para identificar cuál va a ser la ‘Samsung’ colombiana que le dará al país el mismo impulso que la multinacional le ha dado a Corea.
Preparados para el futuro
Un informe del Foro Económico Mundial revela que solo 25 países están en la mejor posición para ser ganadores ante los cambios tecnológicos en la producción de bienes y servicios. El reporte Readiness for the Future of Production Report 2018 (Preparación para la producción del futuro 2018), señala que Japón, Corea del Sur y Alemania son los mejor ubicados para capitalizar la llamada cuarta revolución industrial. Este informe analiza los ‘motores’ de los sistemas de producción de 100 países, como son tecnología e innovación, capital humano, comercio global e inversión, marco institucional, recursos sostenibles y entorno de la demanda. También estudia la estructura de la producción, que mide el tamaño y la complejidad de la producción de un país. Colombia ocupa la posición 56 y sus ventajas para sacar provecho de la tecnología están en la eficiencia regulatoria, la calidad de las universidades y de la formación vocacional (la que imparte el Sena), así como en la cobertura de internet de alta velocidad y la sostenibilidad ambiental de la mayoría de compañías nacionales. Por el contrario, le resta posiciones su bajo nivel de comercio con respecto al PIB (34,7%) y el reducido gasto en investigación y desarrollo. A Colombia también lo frena su habilidad para innovar, en donde en una escala de 0 a 10, saca apenas 1,8. A medida que la industria utiliza cada vez más tecnologías como robótica, inteligencia artificial e Internet de las Cosas, los países necesitan hacer cambios rápidos y generalizados en su forma de producir y Colombia no se puede quedar atrás de esta tendencia.